Si estás buscando un destino bastante virgen y uno de los más populares en Panamá, entonces este pequeño pueblo pesquero puede ser una opción ideal.
Tenía unos 10 años sin visitar Santa Catalina, un poblado literalmente al final de la carretera. Cuando empecé a ir no tenía señal de celular ni conexión web. Debía visitar un café que ofreciera el servicio de conexión a Internet para tener contacto con el mundo exterior.Recuerdo que pagaba por el tiempo utilizado y que en esos días podía darme el lujo de desconectarme. Demoraba entre seis y siete horas en llegar a este destino en la provincia Veraguas desde la ciudad de Panamá. Hoy día, la carretera está en perfectas condiciones.
Santa Catalina ha cambiado bastante, pero sigue teniendo problemas que frenan su desarrollo. Hay muchísimos establecimientos que aún no aceptan tarjeta de crédito. Y no hay banco ni cajero en el pueblo, el más cercano está en Soná, que queda a una hora en carro o una hora y media en bus.
Muchos turistas que llegan sin efectivo son forzados a regresar a buscar dinero para disfrutar su estadía. Por suerte, ya hay señal de celular e Internet, pero no es la más consistente del mundo. Si estás buscando un destino bastante virgen, entonces Santa Catalina puede ser una opción ideal.
El Hotel Santa Catalina (hotelsantacatalinapanama.com) es un alojamiento enfocado en familias y en grupos de amigos. Sus 18 habitaciones son bastante amplias y tienen de tres a seis camas. Todas disponen de aire acondicionado, baños privados, televisión con cable e Internet. Los cuartos más grandes tienen una pequeña cocina y sala. Frente a cada cuarto se encuentra una terraza con hamaca. Las personas la utilizan para dejar secando los trajes de baño después de pasar un rato en la piscina infinity o en la playa.
Un pequeño parque infantil es ideal para aquellos que tienen niños. Además, hay un restaurante llamado Pescao, que como sugiere su nombre, ofrece mariscos y otros alimentos frescos y locales.Este hotel se encuentra frente a la ola más famosa llamada La Punta. Desde la entrada del hotel se nada por un canal para llegar a ella. Solo es para surfistas avanzados, ya que es una point break derecha con 15 pies de cara y un recorrido de más de 400 metros de surf. Es consistente todo el año, pero es más chica durante el verano de enero a marzo. Vicky, oriunda de Australia, organiza retiros de surf junto a Sergio, su pareja, que es de Argentina.
Santa Catalina Retreats (santacatalinaretreats.com) trabaja con el Hotel Santa Catalina organizando retiros de surf y yoga todo el año. Las personas que participan son surfistas principiantes e intermedios que van desde los 20 a los 70 años de edad.
Fredy Gaviria y su esposa María Fernanda son oriundos de Colombia. La familia de ella maneja una escuela de buceo desde hace 30 años y desde 2005 están operando en Santa Catalina.
Su empresa se llama Expedicion Coiba (expedicioncoiba.com) y es una escuela de buceo PADI. Las personas pueden hacer cursos para certificarse empezando en la ciudad con prácticas en mar abierto en Portobelo o Coiba.
Si no tienen mucho tiempo, también es posible hacer un buceo de prueba para ver si desean certificarse.
Los buzos certificados pueden hacer giras de un día o más. Freddy me cuenta que tiene clientes que bucean por más de 10 días seguidos, pero lo que recomienda son dos o tres días, durmiendo en Coiba.
El parque nacional tiene 39 islas con muchos sitios aptos para buceo. Aquellos que van por un día suelen hacerlo en isla Canales, que es la más cercana.
Dormir en el parque permite explorar la parte norte y sur. Cuando le pregunté cuál era su sitio favorito, me respondió “¡wao, todos!”’
Bufet’ tiene una roca con mucha vida marina donde se ven escuelas de peces y morenas. ‘Mali Mali’ recibió su nombre por un guardaparques que estuvo preso en la isla. Este sitio de buceo tiene mucho coral suave y vivo. ‘Sombrero de pelo’ tiene una pared de 40 metros con coloridos corales suaves.
En 2004 cerró la prisión de Coiba, que operaba desde 1919. Durante la dictadura enviaban a los prisioneros políticos. Tenía fama por ser una prisión brutal con tortura y condiciones extremas. No se sabe con exactitud cuántas personas murieron en el sitio, pero aún se cree que está embrujado. Aquellos que visitan pueden ver la prisión que está siendo devorada por la selva.
Desde 1992, Panamá creó el Parque Nacional Coiba, que incluye la isla de Coiba y otras 38 más pequeñas. Queda junto al golfo de Chiriquí y tiene una biodiversidad única. Se pueden encontrar 760 especies de peces, 20 de cetáceos y 33 tipos de tiburones. Muchas especies son endémicas de la isla, incluyendo mono aullador y agutí de Coiba. El Smithsonian tiene allí un centro de investigación de especies tropicales que sigue encontrando nuevas especies.
Los turistas que visitan el parque usualmente van a una pequeña isla llamada Granito de Oro. Es el lugar predilecto para hacer snorkeling y tiene una pequeña playa blanca. Muchos van a Coiba a ver los famosos cocodrilos, recorren la prisión, los senderos, los pozos termales y las playas.
Las cabañas del Ministerio de Ambiente, que tienen un par de años de estar cerradas, están en pésimo estado.
Santa Catalina es un lugar conocido por ser un destino para practicar surf en Panamá. Hay una ola para cada tipo de surfista.
La hermosa playa El Estero es ideal para aprender, ya que tiene olas pequeñas y no llegan muchas personas. No hay arrecifes ni rocas peligrosas, el piso es arena. Después se encuentra Punta Brava; y se puede surfear en la playa del pueblo cuando hay un swell grande. Al otro lado se encuentra Punta Roca. Aquellos que deseen ir un poco más lejos pueden visitar la isla de Cébaco.
La Punta es la mejor ola de Panamá y es clase mundial por su consistencia. Pega de diferentes direcciones dependiendo del sweet y crea tubos. El canal permite que los surfistas lleguen a la ola sin estar cansados de remar. Si se encuentran en medio de la zona de impacto, cogen la espuma, van al canal y reman de vuelta al pico.
Santa Catalina ha sido visitada por campeones de surf internacionales desde los años 70. Sin embargo, nunca se llenó de gente como otros destinos. Los que la visitan se sorprenden de esto. Usualmente, la mayoría de los surfistas son locales, incluyendo a muchos niños que tienen un talento increíble.
Fuimos con Javier (birdcoiba.com) a ver aves en Santa Catalina. Este estadounidense llegó a la zona hace 30 años, cuando pertenecía al Cuerpo de Paz. En un baile conoció a “la chica más linda del pueblo” y la invitó a bailar. Terminó casándose con ella y viviendo en Santa Catalina. Como ha vivido en el pueblo por tantos años, ha podido ver su transformación.
Hace tours alrededor del pueblo y en su propiedad, que queda en un acantilado con hermosas vistas del Océano Pacífico. Fuimos a su propiedad a ver aves en el camino. Para llegar tuvimos que caminar por la playa pública, cruzando el río de los manglares. También hace tours a Coiba, donde se pueden ver 147 especies de aves, de las cuales 96 son residentes, 40 migrantes y 12 accidentales. Se puede ir por un día o varios, si se quiere apreciar el resto del parque.
